Hace tiempo comenzó un sueño.

Humanos comenzó como un jardín de Niños y Niñas.  En nuestra concepción de sujeto deseábamos entender a cada uno como un todo, como un ser complejo, donde el amor, el respeto por su persona, por su ser en el mundo, sea aprehendido y comprendido en su totalidad.

Nos propusimos construir un ámbito para el aprendizaje donde educar seres sensibles en su humanidad, con capacidad de ser, de expresarse y relacionarse, desde la comprensión, la empatía y el amor.

 Nos propusimos educar en valores humanos, donde la educación se entendiera como una forma más compleja que transmitir contenidos socialmente válidos.

Nos propusimos lograr una educación de excelencia, innovando, revisando y mejorando nuestra propia práctica, apoyándonos en los últimos avances en el campo de la educación.

Por ello, afirmamos que cada día es fundamental: 

• Recibir a los niños, niñas y adolescentes con un abrazo y con ganas, sabiendo que nuestra profesión se nutre de esa alegría. Comenzar el día con un saludo respetuoso o un abrazo es decirle al otro/a, acá estoy y te doy la bienvenida para aprender juntos.
• Entender que la educación cumple un papel fundamental en la construcción de la  subjetividad, como nuestra pieza esencial.
• Entender que cada niño, niña y adolescente es único y respetarlo desde su singularidad, sin perder de vista el valor de transmitir y construir conocimientos, siendo uno de los pilares de nuestro proyecto.
• Educar sin perder la curiosidad, el entusiasmo y  las ganas de saber, transmitiendo que el conocimiento es un sinfín de preguntas maravillosas que cada uno debe ir descubriendo, conociendo e investigando, como eje articulador del proyecto.
• Que cada aprendiz disponga de tiempo y espacio para construir su saber y el conocimiento complejo colaborativamente.